Una sonrisa vale mas que mil palabras

Quiza lo mas conocido de Indonesia sean las playas de Bali donde muchos matrimonios vuelan para celebrar su luna de miel, o quiza los frecuentes sunamis y terremotos que azotan esta region… Pero cuando empiezas a conocer este pais te das cuenta de que es mucho mas que todo eso.

Comprende cerca de 17.508 islas,de las cuales unas 6.000 se encuentran habitadas por más de 237 millones de personas, convirtiendo a Indonesia en el cuarto pais mas poblado del mundo. En el país existen cerca de 300 etnias nativas, con más de 700 idiomas y dialectos! No imaginabamos que seria tan grande ni tan inabarcable! Nos decantamos finalmente por la Isla de Sulawesi y otras mas pequegnas en sus alrededores. Volamos a Makassar desde Kuala Lumpur y al obtener el visado de 30 dias….sorpresa! El billete de salida del pais lo habiamos sacado contando un dia de mas, lo que se traduce al instante en una multa que sale mas a cuenta que extender la visa otro mes. Los guardias en vez de revisar nuestras mochilas nos preguntaron de donde eramos, y al decirles Espagna, respondieron «Fernando Torres!». Ya era de noche al aterrizar, escapamos como pudimos de los vendedores de lotes e ignoramos las trabas que nos planteaban, aunque para ser sinceros estabamos muy perdidos, ya que por no saber no sabiamos ni a cuanto estaba la rupia indonesia:sacamos 1.000.000 cada uno para ir tirando (tranquilos, resultaron ser algo menos de 100 euros). Otro problema agnadido es que casi nadie habla ingles, es mas, una radiante sonrisa te pregunta «Indoneso?»…Tampoco los carteles ni las indicaciones estan en ingles, ni por supuesto los menus, asi que vuelta a empezar con las elecciones al tuntun, como un Ayam Nasi de primero, un Mie Kering spesial de segundo y un Ess Tisang Ijo de postre, algo asi como arroz con pollo , sopa de noodles con verduras y tropezones, y un platano envuelto en una masa verde flotando en leche dulce, de color rosado y hielo (tipico de Makassar). Por cierto hablando de comidas, el numero de frutas nuevas es incalculable, tanto que resulta un trabajo costoso apuntarlas todas. De igual forma para encontrar un alojamiento tardamos cerca de dos horas y media explicandole al conductor que queriamos algo barato, y el no dejaba de buscar los hoteles mas lujosos…todo el mundo nos miraba, sonreia, saludaba, se reian aun mas si contestabamos: ese era el unico lenguaje posible y ese fue nuestro recibimiento en Sulawesi.

A la magnana siguiente, fuimos a la estacion de buses que para encontrarla nos costo una buena pateada ya que todos querian ayudar pero nos mandaban de un sitio a otro sin rumbo fijo… al final sin saber como, subimos a un pete-pete (furgoneta compartida) y bajamos en la estacion. De nuevo mas de lo mismo hasta que descubrimos que jeep llegaba hasta Sengkang, junto al Lago Tempe. El ritmo del trayecto lo marcaba  a su antojo el conductor que paraba sin abrir la boca a comprar fruta, a tomar un te o a comer. Nadie rechisto en las 5 horas, y nos agasajaron con frutas y sonrisas, e incluso fuimos todos a buscar un lugar barato en Sengkang donde pudieramos dormir. En este hotelillo los unicos turistas resultaron ser 28 adolescentes y 2 profesores, que hablando en ingles, hasta nos ofrecieron ir con ellos al lago el dia siguiente. De camino al lago nos ibamos adentrando en barrios cada vez mas rurales, con casas construidas en lo alto sobre pilares de madera y gallineros en los bajos, con caminos de tierra y campos de maiz. La vegetacion y las flores eran una constante. Mas sonrisas, mas saludos y algun que otro «hello mister!!». El sendero terminaba mucho antes de llegar al lago, por lo que mediante gestos nos indicaban que cogieramos una barca…con un hombre mayor subimos rio arriba viendo pescadores, nenufares y pajaros. Supimos que habiamos llegado cuando con un aceleron estanco la barca en mitad de los densos nenufares…»Eso es todo?» -pensamos-«No hay pueblo flotante?». El hombre se sento de cuclillas en la proa de la lancha y dijo satisfecho: «Danau Tempe!». Aha, ahi estabamos, en un lago sin nada. Unos minutos en silencio mirando el agua, conteniendonos la risa sin poder explicarnos…pero aquel hombre encantador que seguia feliz de cuclillas en la proa se nos habia ganado…

Al volver, una ropa de nignos nos estaba esperando, nos miraban con recelo y se marchaban corriendo cuando andabamos hacia ellos, poco a poco se acercaban mas, y por ultimo tarareaban algunas palabras en indoneso o repetian lo que deciamos saltando por detras…no se cuantos nignos llegarian a seguirnos porque cada vez se unian mas y mas: eramos como el flautista de Amelin! Los adultos se asomaban y tambien saludaban hasta que uno de ellos nos invito a su casa porque hablaba 4 palabras en ingles. Sentados en el salon de su hogar nos ofrecio agua, nos presento a su mujer y a su bebe, y alli estabamos otra vez sonriendo. Mientras todos «los nignos de Amelin» se arremolinaban en la puerta para no perderse detalle.

Solo situaciones surrealistas como estas se sucedieron durante los tres primeros dias desde nuestra llegada a Indonesia. Sin duda destaca la felicidad, la amabilidad y la alegria de sus habitantes, que sin palabras parecian ofrecerte todo lo que tenian.

3 comentarios

  1. Fatima said,

    abril 9, 2010 a 11:46 am

    Es increible la felicidad de los nignos en esta parte del mundo, en Camboya y Laos estamos viviendo algo similar e inevitablemente esas sonrisas se contagian. Me alegro de que todo vaya bien por alli!
    Un beso a los dos!

  2. Tu pianista said,

    abril 14, 2010 a 10:13 am

    Estoy de acuerdo contigo, «una sonrisa vale más que mil palabras» pero las palabras nunca están de más y también contagian sentimientos.

    Besos para Fátima y para el enlazador de mundos.

    Vosotros os podéis servir lo que queráis.

  3. Marce said,

    abril 7, 2011 a 6:24 am

    Que bonita historia, son experiencias que no se viven todos los dias,pero imagino que aun te kedas corto con tan emocionante historia vivida en otras culturas y con otras personas tan lindas y humanistas…, me encantaria vivir algo asi!


Deja un comentario