Fin

Después de tanto tiempo escribiendo semana a semana se hace extraño presentar el desenlace de esta aventura: 222 días viajando con la mochila al hombro por 10 países,  miles de kilómetros recorridos a pie, en bici, en moto, en coche, en camión, en autobús, en tren, en canoa, en lancha, en ferry, en avioneta, en avión, en camello, en elefante, en rickshaw…

En el tramo final y como punto de partida a Europa, volvimos a Kuala Lumpur sintiéndonos esta vez como en casa. Nos dedicamos a pasear y a darnos algún masajillo… uno en concreto consistía en meter los pies en una pecera! mordisqueaban las células muertas decían, en la realidad hacían unas cosquillas atroces que Gerardo no soportó y que yo, entre risa y risa, me acostumbré y disfruté. La nostalgia se iba abriendo entre las calles ya recorridas. Las caras de estos habitantes sudasiáticos ya familiares seguían sonriéndonos hasta el último momento, sólo nosotros sabíamos que pasaría mucho tiempo hasta volverlos a ver…

Pero en la otra punta del mundo, en Londres, Ricardo nos estaba esperando para darnos esa bienvenida a Europa como Dios manda: con unas cervezas pateando las calles de Brixton! Parecía el colofón final de un compendio de culturas, negros, chinos, blancos y coloraos se mezclaban en el mercado que para nuestra sorpresa ofertaba todas esas exóticas frutas que no sabíamos que podríamos encontrar aquí!

Mucha gente nos pregunta el porqué de nuestro viaje y creo que no debería ser tan difícil explicar  por qué uno decide seguir sus impulsos… Por casualidad o por destino, apareció en nuestras manos durante las andanzas el libro de Javier Reverte La aventura de viajar: historias de viajes extraordinarios, que casualmente o «destinamente» dijo lo que nosotros mismos hubiéramos querido expresar pero nunca encontramos la palabras exactas.

«En un mundo como el nuestro, en el que la tecnología de las comunicaciones ha alcanzado un poder que nuestros antepasados no podrian imaginar ni en sus visiones mas locamente futuristas, pocas cosas pueden permanecer mucho tiempo cerradas al conocimiento, incluso casi nada escapa a nuestra curiosidad particular. Nos sentamos ante el televisor, manipulamos un rato el mando a distancia, y podemos ver la superficie del planeta Marte, la barriga de un termitero, el rincon mas insalubre de la selva amazónica, las honduras abisales de los océanos, la escondida guarida del tigre indio y el nido remoto del condor andino. ¿Para qué irnos a un país tan lejano si su visión nos la sirven a la carta en la pantalla del televisor de nuestra casa?
Pues bien: pienso que una de las íntimas razones que en estos tiempos nos impulsan a viajar es la necesidad de dar satisfacción a nuestros sentidos. Tenemos que escuchar el viento y el oleaje, pero no mezclados con pureza a través de una mesa electrónica de control de sonido, sino con todo su estruendo y su carencia de limpieza:en su realidad caótica, en suma. Necesitamos las voces de los otros, la algarabía tronando alrededor, y el vacío abismal de los silencios. Nos hace falta tocar y que nos toque, percibir en la piel la caricia de la lengua caliente del trópico y el arañazo de las uñas del frío glacial. Queremos saborear lo dulce y lo salado, lo acre y lo sutil. Y queremos ver, con esa expresión tan exacta que dice «con nuestros propios ojos», la realidad que nos circunda. Hoy en día, son nuestros sentidos quienes nos hacen viajeros, no nuestra mente. Y por eso, el secreto del arte de viajar está en saber abrirse a las sensaciones antes que a la relexión. El viaje es, sobre todo, una aventura sensual y sentimental.
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5 comentarios

  1. Luis said,

    junio 2, 2010 a 9:59 pm

    Enhorabuena, chicos.
    No podría haber habido, valga la redundancia, mejor colofón.
    Un abrazo a los dos.

  2. wissy said,

    junio 3, 2010 a 9:26 pm

    Bravo!!!
    Y aunq confieso que aún me quedan entradas por leer, de antemano os doy las gracias por haberme hecho participe de vuestras andanzas.
    Guapa, te envio un beso enorme cargado de un poco de mucha envidia de la cochina… jeje.
    Muackssssssss!

  3. Aurora said,

    junio 3, 2010 a 10:00 pm

    Un placer haber viajado con vosotros virtualmente! Gracias por el tiempo dedicado a relatar lo que ibais viviendo. Me alegra que hayáis vuelto. Un abrazo!

    P.D. A ver cuando soy yo la que se va.

  4. Fatima said,

    junio 4, 2010 a 8:59 am

    Ohhhhhhh, ya no habra mas nuevas entradas de «alpargateando» que me mantengan pegada a la pantalla del ordenador 😦
    Genial el video, encima en portugues! Ahi si que te me has ganado! Espero que la vuelta al hogar no haya sido muy dura, seguro que la familia y amigos la han hecho mas llevadera. Un besazo a los dos!! Y gracias por haberme arrancado esas sonrisas con todas vuestras historias 😉

  5. ana-luz said,

    julio 13, 2010 a 12:49 pm

    Muy bien Esther, estupendo!!!
    Hoy he terminado de leer vuestra vuelta al mundo en 222 dias.
    Que mono vamos a tener todos. Vosotros los primeros. Cuantos recuerdos para toda la vida!
    Ahora ya estarás aplicada a la tarea de «incar codos».
    Que estraño se te tiene que hacer!
    Me gustaría que quedaramos algún ratico. Mira a ver que tal lo tienes.
    Un fortisimo abrazo.


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